lunes, 24 de octubre de 2011

At least! de Raymond Carver


Otro poema de mi querido Carver, sacado de sus obra completa All Of Us, pertenece al libro Where Water Comes Together With Other Whater (1985). Aunque odio las explicaciones biográficas, supongo que lo escribió cuando el cáncer que acabó con su vida en 1989, empezaba a impedirle realizar su día a día con normalidad. 
Carver es para muchos demasiado narrativo y a veces se le acusa injustamente de poco lírico. Sin embargo, yo lo he visto siempre como un poeta del presente, del acontecimiento, un pintor de tiempo capaz de mostrarnos sólo a través de los actos todo el espectro humano. Como en este poema en tono medio melancólico y a la vez entusiasta, vemos a alguien peleando sin grandes estridencias por un último día haciendo lo de siempre.. 

Al menos

Quiero madrugar una mañana más,
antes de que amanezca, antes que los pájaros.
Quiero el agua fría en la cara,
y ponerme a trabajar
cuando se aclare el cielo y el humo
de las otras casas se eleve
por sus chimeneas.
Quiero ver las olas rompiendo
en la cala de piedra, no escucharlas
romper, como hice durmiendo.
Quiero ver los barcos, una vez más,
de cualquier país del mundo
cruzando el estrecho-
los viejos y sucios cargueros apenas moviéndose,
y los nuevos buques más rápidos
pintados de todos los colores bajo el sol
cortando el agua al pasar.
Quiero vigilarlos.
Y a los pequeños botes que van
entre las aguas de los barcos,
y a la estación del práctico cerca del faro.
Quiero ver cuando suben a bordo
a un hombre de otro barco.
Quiero perder el día mirando, a ver qué pasa
y sacar mis conclusiones.
Odio parecer ávido- tengo tanto
por lo que estar agradecido.
Pero quiero madrugar una mañana más, al menos.
E ir a mi sitio con algo de café y esperar.
Sólo esperar, a ver qué pasa.

9 comentarios:

  1. qué tangao, todos rechazamos la biografía y a todos nos encanta tirar de ella para anécdotas y para darle emoción. No sé, no es tan malo, los poetas estamos vivos, tenemos cuerpo y los poemas surgen en una historia. Entiendo las críticas teóricas, pero creo que hemos llegado a un punto un poco absurdo. Claudio Rodríguez hace lo mismo,dice que no le interesa hablar de su biografía para luego hablar de ella.
    Sea como sea y por quitarme un poco la razón, la verdad es que el poema se puede leer sin la nota biográfica, pero creo que gana si se lee desde la situación de alguien sentenciado.
    Si en la vida no nos resulta igual que nos diga esa palabra un adolescente vago que pasa de trabajar que alguien a punto de morir, ¿por qué no nos interesa en los poemas?
    Un abrazo

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  2. Inevitablemente confundimos la voz del poeta con el poeta, será un tópico pero es cierto.
    Existe el pacto, y aunque el actor siga vivo entre bastidores, nosotros podemos velar al cadáver del personaje que ha muerto representando su tragedia.
    Seguramente la anécdota sobre el cáncer de Carver, no añada absolutamente nada, y haya sido un truco retórico para dar más fuerza a sus palabras.
    ¿Nos cuesta, quizás, aceptar en la poesía el pacto de ficcionalidad?
    Yo creo que sí, somos culturalmente románticos. Por ejemplo, los poetas del 50 quisieron ficcionalizarse, por eso entre otras cosas te encuentras tantas veces sus nombre propios dentro de los poemas. Desde una perspectiva más laberíntica, te diría que es la propia vida del poeta la que funciona como "paratexto". ¿Era Claudio el hombre sencillísimo y del pueblo llano, o era una imagen que funcionaba para sus poemas? No sé qué peinsas tú que sabes más.
    La pregunta es complicada, desde luego no tyeiene una respuesta fácil. ¿Si los datos biográficos nos afectas como lectores o no? Hijos del formalismo diremos que no, pero ¿es verdad? Un abrazo, y gracias por el comentario.

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  4. Pues no sé, creo que cuanto menos es sano mantener este debate y no decantarse de manera sólida y neutral ni por ficcionalización ni biografía en el sentido de concordancia con quien sea el poeta. Pero es más, es que puede que sea una dicotomía perjudicial y simplificadora. A ver, si alguien dice algo eso también es él aún cuando haya otras muchas múltiples y diferentes facetas de su vida en las que no lo diría -bien porque no se siente cómodo, por inspiración o por lo que sea-. Si decimos algo de lo que luego nos arrepentimos no deja de haber sido pronunciado yser parte de nosotros, de lo que hicimos. Así mismo creer en el poeta como ser real y diferenciado de su escritura es la ficción que crean de una persona real y concreta separada por completo de sus palabras los formalistas. Es que lo que creo es que todo es mucho más turbio, ¿quién es el poeta como entidad real concreta e extralingüística bien delimitada a parte de sus poemas? Nunca hay ficción como tal en la poesía lírica como la entendemos desde fines del 20. No importa si Rimbaud estuvo o no en todas las familias de Europa o si vivía o no, eso sería caer en el biografismo barato. Lo que sí importa es que tampoco es un personaje de ficción lo que hay en sus poemas, su enunciador nos habla directamente yen ese acto de comunicación en vez de fijarnos en quién sea el enunciador, si corresponde o no con un ser real o ficticio tenemos que ver si acaso su enunciación no corresponde con una cara "absolutamente" (¿acaso podría ser de otra manera que no fuera real?) "real".
    Por contra, en otro plano, el hecho de que sea o no sea un momento real cuando tuvo o no el cáncer y si lo escribió entonces poco importa, pero lo escribe con esa intensidad. No es un fingidor, no es una ficcionalización en la que se exterioriza en una trama o en un personaje, es una ENCARNACIÓN, se habla no como si se fuera alguien con cáncer, sino sintiendo la misma inminencia de lo irreversible.
    Respecto a lo de Claudio: da igual si quiere proyectarnos esa imagen de tío llano o si es una parte de sí, lo importante es que quiere hablarnos, y de hecho lo hace, de esa manera. Está viviéndolo desde esa perspectiva, no sería consciente ni aún cuando quisiera proyectarlo por complejos de culpa respecto a su gente o por lo que fuera, de que eso es un personaje, no lo podría ser en tanto que no hay construcción de un plano imaginario ni exteriorización, nos habla él como si fuera él, sintiendo que está en la parte mejor de sí mismo, sintiendo increíblemente lo real y milagroso de la realidad. ¿Podemos llamar a eso ficción? NO. ¿Es importante recurrir a una circunstancia enunciativa intensificadora? Depende, en principio no. Podemos imaginarla. Pero lo cierto es que lo real, lo que sucedió cuenta más que lo que no.
    Perdón por el ejemplo. Si podemos imaginar que matar a 6 millones de judíos es horrible, pero nos sentimos mucho más afectados por la lectura de un texto cuando sabemos que sucedió de verdad. La vida no es indiferente, es cierta y unas cosas pasan y otras no y no escuchamos igual a una persona si ha estado en la guerra o no lo estuvo. Es verdad que podríamos ponernos en el papel de hacer como si lo estuviera, que puede ser mentira que estuviera y nosotros vivenciarlo como receptores como si fuera real, pero es importante no olvidar que lo que sucede ha ocurrido, le ha pasado a seres humanos que lo vivieron.
    Conclusión: hay que seguir poniendo el dedo en la llaga y mirar cada caso además de reescribir nuestros manuales de teoría literaria básica que afectan a nuestro modo más cotidiano de lectura.
    ¿Cuándo, de qué manera y con qué información se debe leer qué poemas? Un abrazo

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  5. Te voy a responder de manera muy sencilla a tu pregunta. Siempre y cuando la información no añada al poema, si usamos la biografía, que esta solo sea un intensificador, no la clave con que leerlo. Me desconcierta las lecturas explicativas que se hacen de Trilce atendiendo a la biografía de Cesar Vallejo. Leer en clave biográfica suele desvirtuar la lectura, el lector siempre quiere encontrar un co-relato con lo poco que conoce, eso en el peor de los casos. O cierra las posiblidades del poema ante la sombre de la biografía. Una de las mejores cosas de Bloom es cuando habla de cómo leer, una lectura fuerte sería la que se apropia del texto, desvirtúa su contexto "filológico" y el lector lo consigue hacer suyo.
    Quiero decir que puedo estremecerme leyendo Mortal y Rosa, cuando dice eso de que no quiero que los niños sufran, y está en el hospital, estremece no hace falta saber nada de la vida de Umbral.
    "La voz a ti debida", se lee igual con biografía que sin ella. De hecho es mejor no saber nada de la historia, porque uno se centra más en detalles que en el proceso de abstracción que hace de la experiencia amorosa, muchos más interesante, al menos para mí.
    Desde luego que los formalistas más radicales se equivocan y son poco creíbles. Es casi imposible no marcharse un poco de vida.
    Estoy contigo con que el debato no es tan sencillo, pero el poema de Ricardo Reis se recoge ya esa complejidad
    El poeta es un fingidor

    El poeta es un fingidor.
    Finge tan profundamente
    Que hasta finge que es dolor
    El dolor que de veras siente.
    Y quienes leen lo que escribe
    Sienten, en el dolor leído,
    No los dos que el poeta vive,
    Sino aquél que no han tenido.

    Un abrazo

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  6. Más o menos de acuerdo. Pero el poema de Reis, de Pessoa vamos, es una bazofia de primer orden. Es la clase de poema ingenioso y sentencioso que queriendo hacer juegos de palabras y retruécanos parece decir mucho más de lo que dice: simplificaciones baratas de viejo de bar. Es que no, no es un fingidor (alguien con la intención de sentir lo que no siente, con la idea de trasladar a otro una imagen de lo que él no es). Ni se trata de alguien que tanto querer mentirnos y mantener su papel se lo ha creído. Es que esa persona de veras siente eso o cree que lo siente, y no lo hace para proyectarlo a los demás. ¿No estás de acuerdo?
    Un abrazo
    pdta: estoy de acuerdo en no trazar correlatos paralelísticos con la biografía, sino sólo de captar algunas claves si vienen a cuento. Ahora, respecto a lo de Umbral es más dudoso. En principio estoy contigo, no es necesario. Pero la cosa es más compleja, el problema sería otro para mí. ¿Se puede escribir ciertas cosas sin vivirlas? Probablemente sí, pero no lo tengo claro. ¿Es necesario conocer su vida para leerlo o lo intensifica? No lo sé, pero no hace daño y puede ayudarnos a meternos más. Siempre que la interpretación no sea manipulada por lo biográfico y lo biográfico ayude a plantear una situación de escrtirua y de lectura que nos enriquezca el texto, ¿por qué desdeñarlo?
    oye, sabes que soy yo (Rembrandt), ¿no?

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  7. No, claro con esas premisas para qué vamos a decsratar la boigrafía. Lo malo es que cuando los textos son más oscuros, la biografía se usa como asidero, a veces de una manera muy absurda. Además cuando el propio texto quiere ser opaco con el contexto.
    De todas formas me soprende que un autor como Claudio con poemas referencialmente tan turbios se pueda echar mano de la biografía.
    Ves ahí, sí me parece peligroso. No sé.
    De todas maneras gracias por la discusión sobre poesía que siempre es muy placentera y enriquecedora. Y además le da vidilla al blog.
    Un abrazo

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  8. Pues sí, y sin embargo Claudio no duda en hablar de adolescencia y del momento de su vida en el que escribió Don de la ebriedad. Un abrazo, y gracias a ti por la discusión que me ha obligado a pensar.

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  9. Hola Anonimo, la verdad que suena muy interesante, le echaré un vistazo. Gracias

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