Bueno, después de tanto tiempo retomo el blog con un poema de Carver sobre las relaciones paternofiliales.
Fotografía de mi padre a los veintidós
Octubre. En esta cocina cavernosa y extraña
observo la cara tímida de mi padre de joven.
Rubor socarrón, en una mano sostiene una ristra
con unas percas espinosas y amarillas, en la otra
una lata de cerveza Carlsbad.
En tejanos y camisa vaquera, contra
el guardabarros de un ford del 34.
Le gustaría pasar por atrevido o campechano a la posteridad,
lleva su viejo sombrero sobre las orejas.
Toda su vida, mi padre quiso ser llamativo.
Pero los ojos lo delatan, y las manos
cojamente ofrecen la ristra con las percas muertas
y la lata de cerveza. Padre, te quiero,
aunque cómo puedo decírtelo, yo que no puedo sostener la bebida
ni tampoco conozco lugares para pescar.
Y no lo dejes ahora que lo has retomado, pero insisto: qué ojos? no será los ojos le delatan?
ResponderEliminarQuerido anónimo,
ResponderEliminarmuchas gracias por tu comentario, "delatan" efectivamente viene mejor, tomo nota. Y con respecto a lo de los ojos, yo creo que se refiere a los del padre, a pesar de mostrarse de una determinada forma, los ojos, sus ojos nos descubren como realmente es, aunque bien es cierto que se podrían admitir una lectura en que fueran los ojos que lo miran los de él que está mirando la foto. Un saludo y gracias
Buen poema, bastante interesante.
ResponderEliminarJohn Snow
Gracias, me interesan mucho la superposición de planos y el diálogo entre ellos, fotografía-realidad.
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