Nº 10. Hay otros poemas de Gil de Biedma buenísimo como Pandémica y Celeste o Contra Jaime Gil de Biedma, pero me apetecía más poner este poema,
más sencillo y más corto, aunque también genial, pues esta lista tiene la pretensión de acercar la poesía a los que no suelen leerla, y me decanto siempre por las lecturas más amenas. No sé si consiguirá su propósito, y la poesía en general haya ganado con ella algún nuevo fan. También me ha motivado una adaptación de Loquillo que me gusta muchísismo, parece que se hubiesen puesto de acuerdo, escúchala aquí.
Dejando a un lado el concepto de poeta-personaje, el poema nos habla de la imposibilidad de transgredir la condición humana, de la toma de consciencia de la propia mortalidad, aunque echa mano del tópico de la juventud como tiempo de la inconsciencia, "divino tesoro".
Yo cada vez tengo más claro que la cuestión sobre la muerte, la preocupación por la muerte o la enfermedad o alguna de sus múltiples manifestaciones es más algo que condicionado por el carácter, al menos más que por el propio contexto. Hay una pregunta que me hace siempre mi padre, y ahora te la lanzo a ti ¿Piensas en la muerte?
No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
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