En
el glacial
El hielo desmigado en la playa
fragmenta el agua en piezas desiguales.
Y un hilo de plata zurce el cielo.
Los ojos no traducen,
desanudo el asidero.
No acude la nostalgia ni invade la alegría,
no son su mundo. El hombre deja allí
de ser medida, acaso un bicho frágil
bajo otras leyes.
La inmensidad abruma.
Fundido en blanco.
Ningún espejo invita a asomarse.
Claridad cegadora.
No sopla el viento
sino
un silencio mineral.
Nada humano.
Después de tanto nada a que agarrarse.
Desolación sin nombre. Se desliza.
El
hielo evoca hielo.
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