Cerca de mi casa en Islandia, había un cementerio antiguo de cuando todavía era colonia danesa por el que pasaba para llegar a casa de un amigo. Los cementerios que yo conozco suelen tener cipreses, de hecho siempre me ha parecido un árbol muy lúgubre; alguien me explicó que los ponían simbólicamente con esa forma que tienen que apuntan al cielo, más tarde me enteré mejor y la razón práctica es que los cipreses tienen las raíces rectas y no levantan las tumbas y retienen la tierra como una barrera, aunque lo de apuntar al cielo es muy bonito. Sin embargo allí, en medio de cada tumba había un árbol (como los del poema), ¿cómo hacían para no mover ni s sacar a los muertos de sus las tumbas? No lo sé, me gustaba mirar morboso, si se veía un brazo o una pierna de algún vikingo. ¿Qué alguien me explique el misterio de sus tumbas? Espero que os guste el poema.
a Xeber
Paso todos los días por este cementerio,
sus vallas diminutas me permiten
observar con paciencia los granitos
con áureas fechas estampadas,
el fúnebre verdor de alfombra persa
de cada tumba y esos árboles
de enormes troncos que hunden
su raíz acariciando los pies de los vikingos.
Como un desfile de presagios tétricos,
unos cuervos obesos a lo alto en las farolas
vigilan mi camino hasta tu casa.
Llevo varias semanas
juzgando obsesionado sus miradas,
expectante al teléfono.
A veces los he visto relamerse
los picos. Algo huelen estos cuervos tan gordos,
que anticipa un banquete, algo sospechan
en este deambular sombrío, autómata.
Me gusta mucho el poema, con esos troncos enormes que, sin embargo, "acarician" a los muertos, como manteniéndolos con vida. Me parece que está perfectamente cerrado. Cada verso es perfectamente necesario para que el primero, el aséptico "Paso todos los días por este cementerio" sea rehecho en el último: "en este deambular sombrío, autómata".
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Emilio por tus comentarios. Me alegro, lástimna no tener unas fotos para que se viese que toda la poesía que hay es pura descripción. Un saludo
ResponderEliminar¿Cómo hacían? Quizá en vez de acariciar vikingos, los árboles se los comen, y se los dan de comer a los cuervos. Así están todos de enormes y obesos. La naturaleza es una cosa salvaje.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el poema. Sombrío y expectante, pero nada autómata.
Saludos.
Creo que es la mejor explicación más verosímil y poética que escuchado nunca, porque no los incineran, un saludo y gracias por tu comentario.
ResponderEliminaraunque digas que son "descripciones", están muy bien logradas, y eso no cualquiera lo consigue; pero además, tus poemas van siempre más allá de una mera descripción. excelente poema.
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