Sabina sin ir más lejos en su bestseller de sonetos, titula a una sección Quien lo probó lo sabe, y es única parte interesante de su libro. Lope es un poeta audaz, muy claro tanto que Góngora atacó su estilo sencillo escribiendo "con razón Vega, por lo siempre llana". En realidad la verdadera oposición de estilos se dio entre Lope y Góngora, Quevedo más joven se irigió defensor de Lope, pero su estilo era casi siempre complejo y con tendencia a retorcerse, no tenía la llaneza lírica de Lope.
Es impresionante como este poema conserva tanta fuerza, su sencillez, su ritmo agitado intentando trepar el misterio del amor a través de la paradoja para explicarnos qué es estar enamorado, qué se siente, cómo somos. Y el final, que es casi una renuncia de la escritura a la vida, porque hay que probarlo para saberlo, hay que vivirlo, es simplemente genial.
Quien lo
probó lo sabe
áspero,
tierno, liberal, esquivo,
alentado,
mortal, difunto, vivo,
leal,
traidor, cobarde y animoso.
No hallar
fuera del bien centro y reposo,
mostrarse
alegre, triste, humilde, altivo,
enojado,
valiente, fugitivo,
satisfecho,
ofendido, receloso.
Huír el
rostro al claro desengaño,
beber
veneno por licor suave,
olvidar el
provecho, amar el daño;
creer que
un cielo en un infierno cabe,
dar vida y
el alma a un desengaño,
esto es
amor: quién lo probó, lo sabe.
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