Aunque el poema no tiene nada que ver con eso, pues habla sobre la penitencia y la necesidad del dolor para crecer espiritualmente. Al menos yo no puedo creer en la redención sin sufrimiento.
Iglesia católica de Riekiavik
Si un domingo hace bueno, me despierto
y me paso. Termina la Cuaresma
sin que ningún morado raye el campo.
Ni la ducha me quita el azufre del sábado.
Al final he cumplido, fui a la iglesia.
Después de tantos días espartados,
he confesado en otra lengua
lo que lamento de verdad, no fui
franco, huí a esta Isla invisitable,
las excusas del rumbo y de los nortes,
deslastrarme
de tantos.
Y salgo de la ducha calado de sulfuros,
no me siento distinto perdonado,
el cura me pidió un poco de incienso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario