Una de las cosas que más me fascinaba de Islandia es que al ser una isla "tan joven" geológicamente, pues tiene una fauna muy peculiar, ante todo por la carencia de algunos de ellos como las hormigas.
Si hay un animal que encarne el ideal de unión, compañerismo, solidaridad, constancia, esas son las hormigas.
Aquel dato sobre la falta de hormigas en el país nórdico, mi visión de la sociedad nórdica como insolidaria e individualista, y una invasión de hormigas en mi casa recién llegado de mi año allí, con todo la familia combatiéndola fueron los empujones que me llevaron a escribir este poema.
Por qué no hay hormigas en Islandia
Las hormigas son listas, me sorprenden,
en hilera abatiendo cucarachas
o insectos más grandes –peores no los hay.
Tienen tenacidad. Van invadiendo
las casas en conquistas silenciosas
hasta que es suya, y anegado admites
sus derechos al tarro de la miel
o a las ocasionales
migas del suelo.
A veces te hartas, les declaras una
encarnizada guerra que derrota
tus nervios. Su constancia laboriosa
puede más que unos días de neurótica
limpieza. De pequeño experimentas
con sus crujientes cuerpos, torpemente alteradas
dando la voz de alarma, no comprendes su arrojo,
su empeño desafiando a un dios cruel.
Van coordinadas, sosteniéndose unas
a las otras, luchando
juntas hasta que al niño le entre el hambre
o se aburra de tanta hormiga espachurrada en el pulgar.
He llegado hasta aquí no espero refuerzos.
Me gusta este poema cotidiano dedicado a las hormigas, como aquel de Luis Feria a las cucarachas, recuerdo. Seres domésticos, al cabo.
ResponderEliminarA las hormigas las recuerdo de pequeña, yo les echaba azúcar cerca del hormiguero sólo por ver cómo cargaban aquella playa blanca insospechadamente dulce, grano a grano; siendo artífice yo de las delicias de ellas en su próximo invierno.
Saludos.
Muchas gracias, la verdad que el poema es muy parecido a uno de Ángel González, Dato Biográfico, por eso y porque no es lo que estoy buscando lo he quitado de libro con el que estoy. Pero gracias.
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