domingo, 22 de enero de 2012

J.R.J. de Ángel González


Nº 9, no tenía prisa por incluir a Ángel González en esta lista de poemas, sé que siempre vuelvo a él. Es un poeta sencillo, muy sencillo,

 un poeta -se podría decir- básicamente lírico, ahí está su gracia y su "límite". Pero, no lo entiendan mal, yo daría lo que fuera por ser un poeta como Ángel González, por su lucidez, por su ironía, por su ritmo, por su sencillez, por recitar como él, porque recitaba con una dicción exacta y sentida, (hay un disco de Pedro Guerra donde se interpretan los poemas de Ángel González y se le puede escuchar leyendo sus poemas)
Sus poemas tienen un tono tristón al que se le aviene muy bien la ironía, su recurso favorito.Es una poesía de pocos elementos pero muy bien aprovechados.
Como buena parte de su generación, la de los 50, Ángel González, lo que hace es crear un personaje, una máscara, y esto le da a su obra una continuidad extraordiaria, lo que nos facilita mucho la lectura.
Este poema en concreto está dedicado a Juan Ramón, aunque es una crítica al espíritu inconformista del malagueño, también hay cierto homenaje. Ambos, y esto dice Ángel González  lo aprendió precisamente de él, tienen el don de la palabra exacta.


Debajo del poema
—laborioso mecánico—,
apretaba las tuercas a un epíteto.
Luego engrasó un adverbio,
dejó la rima a punto,
afinó el ritmo
y pintó de amarillo el artefacto.
Al fin lo puso en marcha, y funcionaba.

No lo toques ya más,
                                    se dijo.
                                              Pero
no pudo remediarlo:

volvió a empezar,
rompió los octosílabos,
los juntó todos,
cambio por sinestesias las metáforas,
aceleró...
                mas nada sucedía.
Soltó un tropo,
                       dejó todas las piezas
en una lata malva,
y se marchó,

                    cansado de su nombre.

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