lunes, 5 de diciembre de 2011

Walking Around de Neruda



Nº 6. Este es uno de los poemas más famosos de Neruda, si te fijas Extremoduro usó algunos de sus versos para una canción. ¿Es un poema difícil?
Depende, creo que es un poema muy bueno para darse cuenta de que la lectura poética es distinta a la lectura de un períodico, de una novela decimonónica. Creo que el problema central con el que se encuentra un lector que no esté muy familiarizado con la poesía, es que se pregunta ¿Esto, qué significa? y significa muchas cosas, porque es un poema que permite muchas lecturas, es un canto a la libertad, una defensa de la poesía, un hartazgo de lo convencional. Pero nada de esto es suficiente para la sed implacable de respuestas del lector no familiarizado. Él quiere un correlato perfecto,  como si la poesía se tradujese, como si los símbolos ocultaran en vez de iluminara. En la entrevista con Nicanor Parra, se permite una singular lectura de un verso de este poema, curiosa. Pero lo que hace Parra es apropiarse de ese verso llevarlo hasta su vida, hasta su experiencia y decir lo que quiere decir para él. La curia mundial de filólogos ha decretado esta práctica pura herejía pero es lo que hay que hacer al leerla, dejarse llevar por sus imágenes, disfrutar de sus versos y llevarlos hasta nosotros, porque Neruda como dijo JRJ y repitió Borges es un gran mal poeta. 

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.
El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.
Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío
No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

2 comentarios:

  1. Hey, mola mucho más así el formato del blog. Besos!

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  2. Gracias me lo ha cambiado Ana, todavía hace falta algunos ajustes más, pero está quedando mejor.

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